jueves, 19 de julio de 2012

ENTRE LAS HORAS

Entre las horas de un día o dos
he visto tantas veces el mundo
que me bastan unos cuantos minutos más
para descubrir las leyes del universo.

Pero el hombre necesita más de una vida
para ser comprendido,
el universo entero no basta,
varios giros del tiempo tal vez alcanzarían.

Porque en un día o dos creo el hombre la palabra,
en otro tanto creo las fuentes del arte,
horas después inventó a Dios
y aprendió a conocer las cosas por la razón
y a complicarlas por la religión.

Recreándose cada minuto en la confusión,
sin saber para qué vino y hacia donde va,
convirtiéndose, en suma, en receptáculo del caos,
medida compleja de lo inasible,
como un pequeño y desrumbado big bang,
como una hora de un día de cualquier lugar.  




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