jueves, 21 de febrero de 2013

UTOPIA


Volver a la Utopía,
al sueño  prohibido, 
al  ideal satanizado.
Hurgando en el silencio, 
apartando de la voz el miedo,
desmontando el sendero,
corrigiendo el porvenir.

Aunque  no se reinvente la vida, 
volver a la voz prohibida
y al gesto altisonante,
hacer  lugar para el  futuro,   
abrir espacio a la  ilusión.
Y volver a la esperanza
del prodigioso afán por llegar .

Alcanzar la grandeza
de la gota infinitesimal,
que, multiplicada en su caída
horada la solidez y la perennidad.
Y no volver para conceder, 
llegar para  reclamar,
venir y no regresar jamás.

Volver a la Utopía
y  a la certidumbre del compromiso
con la razón universal,
aunque  se  caigan los ídolos,  
aunque  nos rasguen los bolsillos,
aunque se nos desarme  el horario
y  resten privilegios de estación.

La Utopía es el inicio y  el fin del sueño,
y volver no es sino desandar,

Comenzar, si lo exige, todo de nuevo;
vaciar el costal y reordenar los nombres,
desconceptualizar los términos,
juntar los límites del quehacer humano y derrumbar barreras de exclusión.

Hoy, la vida humana en la tierra
no es más que una frustrada Utopía;
suma de solitarios pareceres
y  aventuras del corazón, donde
la redondez a travestido en pirámide 
y llegar no es subir,
sino es trepar con garras afiladas.
Mundo sobre mundo y trasmundo
que se funde en el trabajo
y se excluye en la repartición;
danzando sobre un pesado andamiaje
de testas adosadas como ladrillos
y rellenas del mismo barro mansísimo
que aprisionó a los antepasados
en moldes de complacencia y aflicción,
haciéndonos de  limitada inteligencia, 
ocio inútil, excesiva paciencia
y cuerpos  inservibles para la televisión.

Pero queda la esperanza
de la aventura social
y la redención en la búsqueda,
confiriendo acuerdos,
cediendo pareceres
y desovillando la historia

para ubicar el minuto fatal
cuando todo empezó,
y volver, a partir de ese punto
a decifrar la utopía
y renacer en el sueño universal.  

Volver a la Utopía
que nunca ha terminado.

Prepararnos para el designio humano
y reconocernos seres vivos
en armonía con el mundo natural,
diferentes en formas de dominio,
pero dominantes por igual,
creadores de cultura, de necesidades,
de temores y de cuanto dios ha
urgido nuestro eterno cuestionar.
Reclamantes de fe,
evolucionados para seguir dominando,
y autoevolucionados para consumir.
librepensadores de la exclusión,
ambiciosos en la posesión,
e Injustos en la repartición.
Asumir la vida como un destino común
y  contemplarnos sin dogmatismos. 
Reinterpretar en el aire los libros,
politizar entre comidas la mente,
dar razón humana a los sentimientos,
desinhibir el sexo y la sexualidad
y preferir el color a la palidez;
reducir las leyes y a los leguleyos
borrar estigmas a lo social,
desmitificar al ser colectivo
y buscar el destino común
por encima de la "carretera virtual".

Nunca como hoy hay tanto
para tan pocos,
y apenas nos caen migajas.

La existencia es una batalla
de placeres insatisfechos
y deseos no procurados.
Hoy como nunca, la jungla está abierta
y se permite de todo,
menos joder a Dios...
él no tiene luchas que librar.

Al final,  sin Utopías en el bolsillo, 
sólo nos queda ese momento efímero,
entre el primer hálito de vida
y la última exhalación de muerte,
en el cual nos enfundamos de un sueño
que nos hace creer libres para elegir
nuestra propia forma de trascender,
sobre cabezas y sobre otros sueños...
y nuestros pies llenos de sesos
y nuestras cabezas llenas de pies.











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